El plancton: un nuevo alimento con sabor a mar

Todos, en mayor o menor medida, han escuchado hablar del plancton alguna vez. Igualmente, todos lo asocian al mar. Y quizá haya alguien que, incluso, lo defina como “el alimento de las ballenas”. Pero, ¿qué es el plancton y por qué se ha convertido en un nuevo alimento?

¿Qué es el plancton?

Sin detenernos en complejas definiciones biológicas y tipologías del plancton, podemos resumir que se trata de microorganismos que están presentes en el agua. Transportados por las mareas y las corrientes marítimas, la naturaleza concreta del fitoplancton es vegetal. Se encuentra en estado natural en suspensión en aguas marítimas de zonas costeras con mucha luz, debido a su necesidad de realizar la fotosíntesis. En definitiva, son microalgas que constituyen la base de la cadena alimenticia de los organismos acuáticos. Y sí, también las ballenas.

Destaca la riqueza alimenticia del mismo. Y es que este compuesto, también denominado de forma poética como “la leche materna de la madre tierra”, es un rico concentrado de nutrientes nada desdeñable. Tal es así que constituye uno de los alimentos más completos para el organismo, aunque para ello habría que consumirlo en muy grandes cantidades. De este modo, en el plancton encontramos unos compuestos tan saludables como los ácidos omega 3 y omega 6, o un elevado contenido en vitaminas C y E. Además, es rico en minerales como calcio, fósforo, hierro, magnesio, yodo o potasio. Y por si fuera poco, también posee compuestos antioxidantes.

Por cierto, ¿sabíais que las personas alérgicas al marisco pueden consumir plancton marino sin peligro?

El plancton sienta bien

Y es que, aunque a muchas personas les produzca un poco de reparo ese verde tan intenso del plancton, no hay que olvidar que se trata de un color natural. Por lo que, no sólo no es nocivo, sino que, al ser una composición primaria y sencilla de la naturaleza, el cuerpo humano lo identifica rápidamente y absorbe sus nutrientes sin tener que hacer un esfuerzo extra (como ocurre con otros alimentos procesados).

¿No son suficientes motivos para comenzar a aderezar nuestros platos con él?

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